Por razones técnicas y jurídicas, los derechos de difusión de los libros digitales en las bibliotecas son similares en algunos aspectos a los del libro impreso. Los acuerdos de difusión con editores limitan el número de préstamos simultáneos por ejemplar. A final depende de las copias que tenga la biblioteca adquiridas y de la concurrencia que se permite de ellas.